Sustituyen freseros siembra tradicional por macrotúneles

El cultivo de fresa en macrotúnel permite triplicar la producción, mejorar la calidad y garantizar la sanidad del cultivo, requisito que exigen los comercializadores de la frutilla.


El cambio es sustancial, debido a que con el cultivo tradicional se obtenían en promedio 30 toneladas de fresa por hectárea; con el empleo de macrotúnel se cosechan entre 80 y 100 toneladas en la misma superficie.

Michoacán es uno de los estados que ha innovado su producción fresera. En la zona de Zamora, rumbo a Chapala, se trabaja con este nuevo método de producción con “tecnología de punta”: Los macrotúneles ofrecen las condiciones idóneas para aumentar el volumen, mejorar la calidad y garantizar la sanidad de los cultivos, según el Consejo Nacional de la Fresa (Conafre).

La inversión para establecer un macrotúnel es de unos 350 mil pesos por hectárea, pero el agricultor recupera su inversión y le queda para vivir, cosa que resultaba casi imposible con la producción tradicional, que además quita fertilidad a la tierra y se produce menos. Esta tecnología es la única forma en que podemos reducir costos, porque aumenta la productividad”, apunta Octaviano Magaña, presidente del Conafre.

La sanidad es otro asunto que mejora considerablemente debido al uso de los macrotúneles: “Con este tipo de tecnología, todo se riega con agua profunda, que es agua potable y hay mucha sanidad dentro del cultivo”, afirma Magaña.

Requisito de comercializadores

Las condiciones ideales de las fresas producidas en macrotúneles ponen en aprietos a los productores ‘tradicionales’, debido a que en la región de Zamora los comercializadores de fruta fresca –que venden en los Estados Unidos, Canadá, Europa y ciudades mexicanas como Guadalajara, Monterrey y el Distrito Federal- no aceptan otra fresa más que la de los macrotúneles. En un futuro, “o abordamos toda esta tecnología o desaparecemos”, prevé Magaña.

La importancia que dan los freseros michoacanos a la salubridad de los cultivos tiene también su fundamento en la falsa creencia de una relación amibas-fresa mexicana, la cual, en opinión del presidente del Conafre es mala publicidad, mal fundada además.

Aún cuando las fresas fueran regadas con agua contaminada, puntualiza, esto no penetraría al fruto, por eso la idea de “comemos fresas mexicanas y nos enfermamos del estómago”, es errónea. Por eso, se trabaja para borrar esa imagen utilizando tecnología, “haciendo llegar a los mercados nacional y extranjero fresa totalmente libre de cualquier riesgo”.

En el estado se utilizan fertilizantes y pesticidas orgánicos; cuando hay necesidad de aplicar algún químico se siguen las recomendaciones de uso, como no cortar por determinados días hasta que el cultivo degrade los químicos, para evitar cualquier daño al consumidor.

Incluso, no se permite al trabajador fumar dentro de los cultivos; tienen letrinas y llaves de agua para que se laven las manos y cortan con tapabocas.

El propósito de Conafre es que esta tecnología, actualmente en expansión por Michoacán, se propague en toda la región y luego a todo el país. Según cálculos del propio Magaña, en Michoacán hay 2 mil 280 hectáreas dedicadas al cultivo de fresa, de las cuales 800 utilizan macrotúneles. La mayor parte de éstas se localizan en los municipios de Tanganzícuaro, Zamora y Jacona.
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La riqueza de la fresa

De brillante color rojo, exquisito perfume y delicado sabor, la fresa es una planta de tipo herbáceo y perenne de la familia de las rosáceas. Tradicionalmente se consume fresca, aunque cuenta con una gran diversidad de presentaciones, desde mermelada hasta cremas corporales. Tiene una alta concentración de vitamina C, agua, potasio y magnesio. Además, cuentan las malas lenguas que tiene propiedades afrodisíacas…