En invierno, especialmente en invernaderos sin calefacción ni control de clima, con frecuencia se obtienen frutos de tomate cuadrados o con zonas blandas. Sin embargo, estos problemas también se producen en invernaderos con calefacción, por lo que el control de clima adecuado es importante para reducir su incidencia.
La causa subyacente del desarrollo de zonas blandas se atribuye calidad de polen deficiente o a polinización incompleta. Las zonas blandas se generan cuando las semillas no se han desarrollado adecuada o completamente en el lóculo y como resultado no han liberado hormonas que estimulen la producción de la sustancia amniótica gelatinosa que proporciona firmeza al fruto.
En esencia, si las semillas no son viables o no están presentes, la planta no empleará energía en rellenar el lóculo.
Calidad y alcance de polinización se rigen por varios factores sobre los cuales es posible actuar para reducir o incluso eliminar el problema.
Factores que afectan a la polinización• Humedad es la causa principal de la formación de fruto blando durante periodos nublados, lluviosos o frescos, cuando HR en el invernadero es consistentemente muy alta. Bajo estas condiciones, el polen es tan pegajoso que no puede ser liberado por las anteras o se vuelve grumoso y no puede depositarse de manera efectiva en el estigma. Además, en estas condiciones, las abejas no son capaces de recolectar y depositar polen de manera eficiente.
El control de humedad se dificulta cuando no existe la oportunidad de calentar el invernadero ni desviar el exceso de humedad por medio de una estrategia coordinada de calentamiento y ventilación. A medida que desciende la temperatura en el invernadero, HR asciende drásticamente. Esto podría desencadenar una situación durante el invierno en la cual el tejido de la planta se aproxime al punto de rocío (la humedad del aire se condensa en la planta). Entonces, se acumula humedad en las estructuras florales y el polen se vuelve muy pegajoso.
Ante condiciones de alta humedad, se recomienda agregar calor para subir la temperatura de las flores por encima de la del punto de rocío. Además, el calor reduce la HR del aire y permite que éste fluya hacia el exterior del invernadero por las ventilas por convección pasiva.
La baja humedad también podría ser un problema durante los meses más cálidos y secos, cuando el polen podría volverse demasiado seco y no ser viable. El polen puede volverse tan seco que se desprenda de las anteras prematuramente, antes de que las abejas puedan recolectar y transportarlo a las partes femeninas de flores aledañas. Los productores que utilizan ventiladores de polinización, en periodos de baja humedad se arriesgan a dispersar el polen hacia plantas no reproductoras y desperdiciar polen viable.
Al cortar el lóculo blando de un fruto de tomate y compararlo con uno firme, puede observarse que la gelatina no llena completamente la cavidad y ello contribuye a la forma cuadrangular y a las zonas blandas en el fruto.En condiciones de baja humedad, el uso de neblina o niebla podría prolongar la calidad de flores y polen, lo cual permitiría a las abejas realizar su trabajo polinizador.
• Temperatura. Cuando se superan 29°C, la viabilidad, y en consecuencia la calidad del polen, se reducen. Por eso es importante mantener un cultivo sano y activo, de manera que la transpiración del cultivo aporte humedad suficiente al aire y el cultivo actúe como su propio muro húmedo de enfriamiento. El mantenimiento de un cultivo activo hacia la mitad del día conlleva aportar a las plantas agua suficiente por medio de una buena estrategia de riego, además de controlar la ventilación para el mismo propósito.
Las temperaturas altas en el invernadero también podrían reducir significativamente la actividad de las abejas. En periodos de altas temperaturas las abejas trabajan activamente para refrescar la colmena. Así, en vez de recolectar y distribuir polen, emplean su energía en encontrar agua y llevarla a la colmena. Por ello, es importante poner receptáculos de agua próximos a las colmenas, de manera que las abejas dispongan de un fácil acceso en condiciones cálidas y secas.
Cuando bajan las temperaturas en el invernadero (<16ºC), la velocidad de floración se reduce y las abejas pierden interés en el cultivo y abandonan el invernadero o perecen por falta de recursos. El desarrollo lento de flores también pone en peligro la calidad del polen, al expirar sus fechas óptimas de actividad.
• Nutrición desempeña una función importante en la firmeza del fruto. Calcio es el elemento que mantiene unidas las células, por lo que ante su carencia en el programa de nutrición o de condiciones de alta o baja humedad, se pone en peligro el transporte de este elemento al fruto y podría producirse pudrición apical interna o externa contribuyendo a formación de zonas blandas en frutos.
El potasio es el elemento que hincha y endurece las células y es esencial para el correcto funcionamiento de otros procesos, incluyendo el funcionamiento de estomas, pero compite con el calcio para ser absorbido en la superficie de la raíz. También compite (con mucho más vigor) con el sodio, por lo cual en el programa de fertilización es importante no agregar más que la cantidad de potasio recomendada.
• Variedad. Algunas variedades son más susceptibles que otras a producción de frutos blandos. Por lo tanto, es importante implementar un programa de pruebas de variedades con objetivos y metas reales, conducido de manera científica, para que los resultados sean confiables, aplicables y prácticos para la situación particular de la ubicación de su invernadero.
Dispongan o no de invernadero con calefacción, es esencial que presten atención a temperatura, humedad, puntos de rocío, actividad de insectos polinizadores y nutrición, para producir los frutos de calidad superior esperados por los exigentes mercados de destino.
