Producción de bananos (platanos) en Invernaderos

A continuación se muestran datos muy interesantes arrojados por investigaciónes hechas en las Islas Canarias sobre las ventajas que ofrece el cultivo de Plátano (conocido también como Banana, Banano, o Guineo), a raíz de los estudios realizados por el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias y publicados en el documento "Actividades del ICIA en Platanera" del año 2002.

El cultivo de la platanera bajo invernadero tiene como principales ventajas: 
La protección contra el viento, aumento de la temperatura, aumento de la superficie foliar y reducción del consumo de agua. Los invernaderos con estructura tipo parral presentan en general una buena resistencia frente a los vientos huracanados, llegando a resistir sin graves daños vientos superiores a 100 Km /h. Con relación a la temperatura la utilización de invernadero en zonas sub-tropicales como Canarias, donde las temperaturas medias mensuales de los meses más fríos no superan los 20ºC - temperatura crítica para el desarrollo y crecimiento de la platanera (Green y Kuhne, 1970)- permite que la planta mejore su actividad vegetativa frente a las cultivadas al aire libre. La reducción en el consumo de agua, al verse aminorada la evaporo-transpiración de forma muy significativa.

Técnicas de cultivo bajo invernadero
Un manejo adecuado de las condiciones ambientales que podemos crear o propiciar en el interior del invernadero facilitará un desarrollo equilibrado y una buena producción. Por el contrario un manejo incorrecto de estas condiciones puede acarrear importantes daños al cultivo o una merma importante de las expectativas del mismo. Las distintas prácticas de cultivo que se realizan a lo largo del ciclo productivo deben adaptarse a las condiciones ambientales propias del invernadero de forma que permitamos a la planta optimizar su respuesta a dicha práctica cultural. En esta línea vamos a señalar algunas medidas a tener en cuenta a lo largo del cultivo:

Plantación:
El material vegetal recomendado para las nuevas plantaciones debe proceder de cultivo "in vitro" endurecido posteriormente hasta alcanzar u na altura y grosor de seudotallo mínimo de 30 cm y 3 cm respectivamente (Galán Saúco, 1992). En las plantaciones de primavera-verano, sobre todo si se emplea un material vegetal deficientemente endurecido y no se practica una adecuada ventilación del invernadero, se pued en producir efectos negativos sobre el arraigo de las plantas tales como quemaduras, retraso de crecimiento, etc. En estas condiciones el manejo adecuado del riego, junto a la posibilidad de nebulización y una buena ventilación facilitarán la implantación del cultivo. En este período las altas temperaturas del suelo bajo invern adero, sobre todo si éste está desnudo favorece los ataques de nemátodos del género Meloidogyne, llegando a ser éstos muy severos. Por ello se recomienda el control precoz de esta plaga, control que se ve favorecido con el empleo de mulching vegetal al disminuir éste sensiblemente la temperatura del suelo a nivel radical durante estos meses cálidos. En cuanto a plantaciones tardías (final del verano-otoño), hay que prever que la planta disfrute de un período suficiente de crecimiento, 2-3 meses, antes de enfrentarse al invierno, dándole tiempo a desarrollar un buen sistema radical y a emitir 8-10 hojas sobre el terreno.

Marcos y densidades de plantación:
En la figura 2 se muestran distintos marcos de plantación ensayados y utilizados con éxito bajo invernadero al aire libre en las Islas Canarias, siendo las densidades próximas a las 2 .000 plantas/Ha las más utilizadas. Estas densidades puede duplicarse en el primer ciclo y en aquellas plantaciones que se conducen a una sola cosecha para ser arrancadas una vez recolectadas aunque ello exige un material vegetal inicial muy uniforme. El cultivar Gran Enana se adapta mejor que la Pequeña Enana a los marcos donde se emplean golpes de 2 o 3 plantas debido a la disposición más erecta de sus hojas.

Distintos marcos y densidades de plantación

Corte de hojas:
Durante los primeros meses de crecimiento vegetativo y en plantaciones a alta densidad un corte selectivo de algunas hojas en aquellas plantas que rompan la homogeneidad del cultivo por su mayor altura, favorecerá el desarrollo sincron izado de todas las plantas. Dos meses después de emitidos los primeros racimos la eliminación de hojas debe generalizarse, empezando por las más viejas. Si las últimas hojas presentan un aspecto sano y entero basta con conservar las 8 recientemente emitidas para garantizar el desarrollo y llenado del racimo. Con ello permitiremos el paso de luz hasta los hijos que de otra forma verían alargado su ciclo.

Aporte de abono orgánico:
Durante los meses invernales la temperatura del suelo puede bajar a niveles donde se detiene el crecimiento radical e incluso se produce pérdida de raíces. Un aporte de abono orgánico a principios o durante el invierno, aparte de otras ventajas, ayuda a mantener la temperatura del suelo. Asimismo la descomposición de éste incrementa el CO favoreciendo la actividad fotosintética. Las dosis usualmente empleadas se cifran entre 40-80 Tm/Ha y no difieren de las empleadas al aire libre.

Nebulización:
Durante los meses más cálidos los efectos negativos de una alta temperatura dentro del invernadero, normalmente acompañada de una fuerte bajada de la humedad relativa, pueden ser aminorados con una sencilla nebulización, teniendo esto a su vez un efecto positivo en el control de la araña roja, plaga que puede llegar a ser muy dañina en estas condiciones.


Riego y fertilización:
Teniendo en cuenta que bajo las condiciones climáticas de las islas la mayor demanda hídrica se produce en los meses de verano coincidiendo con el momento de mayor actividad vegetativa se recomienda un sistema sencillo de cálculo del fertilizante a aplicar por m de agua en función de las U.F./Ha/año requeridas por el cultivo y del volumen de agua demandado (m/Ha/año). 

Deshijado:
Las plantas de cultivo in vitro, especialmente en invernadero, emiten durante el primer ciclo gran número de hijos, siendo preciso eliminar éstos de forma periódica cuando aún son pequeños (30-40 cm de altura) preferentemente por inyección de queroseno. En ciclos sucesivos la emisión y el desarrollo de los hijos es superior al del aire libre para un mismo emplazamiento, facilitando así la operación del deshijado y permitiendo un mejor control del ciclo productivo orientando la diferenciación floral a los meses de mejores temperatura y la recolección a los meses de mejor precio.

Otras prácticas culturales:
Un correcto atado del racimo, preferiblemente al raquis, desde el alambre trenzado colocado al efecto entre los tubos del invernadero evitará no sólo la caída de las plantas sino su posible desplazamiento y roce de la fruta con los más próximos. Otra práctica interesante de cultivo es el embolsado que a pesar de no ser generalmente necesario bajo invernadero en determinadas ocasiones puede ser eficaz para mejorar el aspecto final de la fruta.



4. Otras observaciones de interés

Estructura y cubiertas:
El invernadero de techo plano, tipo “parral”, es sin duda el que más éxito ha tenido para el cultivo del plátano en las islas. Su relativo bajo costo, gran adaptabilidad al terreno, alta resistencia al viento y buena luminosidad ha permitido su rápida expansión. Aunque con distintos matices constructivos este invernadero consta básicamente de una estructura vertical formada por tubos perimetrales e interiores, mantenida por cordadas de alambre que unen sus extremos y tensados por vientos. Esta estructura permite tejer una doble red de alambre que servirá para sujetar la cubierta. El tipo de cubierta elegida entre las distintas láminas o mallas plásticas existentes en el mercado será en definitiva la que modificará sustancialmente las condiciones climáticas en las que se desarrolle el cultivo. La elección pues de una cubierta adecuada a unas condiciones particulares de cultivo marcará en gran medida el buen desarrollo de este.

De los ensayos realizados por el Departamento de Fruticultura Tropical del ICIA (Galán Saúco et al, 1998), así como del seguimiento realizado hasta la fecha en explotaciones ubicadas en distintos emplazamientos de las islas podríamos resumir las ventajas e inconvenientes que se presentan a grandes rasgos los dos tipos de materiales.



Invernaderos Platanos; Turkía

Mallas monofilamentos:
• Mayor durabilidad, que compensa sobradamente su mayor costo.
• Buena ventilación, mayor a medida que se reduce el número de hilos por cm.
• Presenta problemas en zonas de “maresía” por condensación de esta y su posterior precipitación sobre el cultivo.
• El “efecto invernadero” se reduce a medida que lo hace el número de hilos por cm que presenta la malla, llegando a ser prácticamente nulo en mallas de 6x6 hilos. En este caso la cubierta actúa, durante los meses de invierno, fundamentalmente como cortaviento.

Láminas plásticas:
• Proporcionan un mayor “efecto invernadero ”. Aumento de la temperatura media durante los meses de invierno favoreciendo el crecimiento de la planta y el desarrollo de la fruta.
• La ventilación puede presentar problemas si no se maneja correctamente, principalmente en los meses de primavera-verano, produciéndose altas temperaturas y baja humedad relativa en horas pico del día.

La introducción de nuevos materiales plásticos en el mercado, con mejores propiedades físicas y químicas para aumentar su durabilidad e idoneidad de cara al buen desarrollo de las plantas, hace recomendable su seguimiento y verificación, siendo este uno de los objetivos del proyecto “Contribución al Mantenimiento de la Producción de Platanera en Canarias”en el que contamos con la colaboración de ASPROCAN.

Por otra parte es importante señalar que en aquellos emplazamientos cálidos y con vientos solo puntuales, como sucede en muchos de la vertiente Suroeste de las islas, la utilización de cortavientos altos (6 metros) de malla combinados con atado aéreo se presenta como alternativa eficaz al invernadero, tanto desde el punto de vista económico como por su menor impacto medioambiental.


5. Principales diferencias entre plantas cultivadas al aire libre y bajo invernadero.
Resumimos a continuación algunos de los resultados de los ensayos efectuados por el ICIA (Galán Saúco et al, 1992 y Galán Saúco et al, 1998).

5.1 Diferencias morfológicas:
Tanto para Gran Enana como para Pequeña Enana las plantas cultivadas bajo invernadero son más vigorosas (mayor altura y circunferencia del seudotallo con diferencias entre 0,20 y 0,50 m de altura y entre 25 - 10 cm de perímetro de seudotallo según cultivares y ciclos). La relación altura/grosor no resulta afectada.

5.2 Diferencias fenológicas:
El número de hojas producidas por ciclo no varía entre plantas cultivadas al aire libre o invernadero, pero el ritmo de emisión de hojas bajo invern adero de plástico, en las vertientes Norte de las islas, es más rápido lo que se refleja en un ciclo más corto hasta dos meses en algunos emplazamientos y ciclos, En las zonas cálidas o cuando se utilizan invernaderos de malla estas diferencias son escasas e incluso en emplazamientos fríos bajo malla el ciclo puede alargarse. En el caso de que no se practique la operación de corte de hojas, incluso en invernadero de plástico en zona cálida (Sur-Sureste), el intervalo emergencia (parición- recolección) puede alargarse por problemas de falta de luz que a su vez pueden afectar al desarrollo de los hijos del ciclo siguiente.

5.3 Diferencias productivas:
Los aumentos en rendimiento son muy importantes con incrementos muy notables, tanto en peso del racimo como en producción anual por Ha que en zonas norte de las islas pueden estimarse entre el 15 y el 30% en peso del racimo y entre el 25 y el 50% en Tm/Ha/año (Galán Saúco et al , 1998). El mejor manejo, con orientación de las pariciones hacia el verano y acortamiento del ciclo productivo que se puede obtener bajo invernadero contribuye sin duda a alcanzar estos aumentos de productividad. En zona Sur el principal efecto del cultivo en invernadero es la protección frente al viento. De ahí que en dicha zona se utilice preferentemente cubierta de malla. En ambas zonas las mejores explotaciones obtienen rendimientos medios por encima de a las 80 Tm/Ha, llegando se en ocasiones a superar las 100 Tm/Ha, lo que contrasta con las producciones medias al aire lib re en torno a las 60 Tm/Ha. La calidad de la fruta también resulta afectada al disminuir los daños mecánicos por roces y por el incremento del grosor y longitud de los dedos a favor de las plantas en invernadero frente al aire libre, aunque estas diferencias no ocurren en todos los ciclos, ni en todos los meses del año, siendo más notorios los beneficios en los emplazamientos fríos bajo invernadero con cubierta de polietileno. Es necesario señalar, en lo que se refiere a la longitud y grosor de los dedos, que si bien la normativa europea de calidad solo marca unos mínimos para todas las categorías (14 cm y 27 mm respectivamente) las comercializadoras exigen unos valores superiores a estos en especial para las categorías superiores.

6. Conclusiones
El cultivo del plátano en invernadero es una alternativa viable en determinados emplazamientos de Canarias tales como aquellos donde se presentan vientos frecuentes, bajas temperaturas y/o maresía, permitiendo un cultivo intensivo y de alta productividad que garantice la renta del productor.

Para poder mantener esta alta productividad y rentabilidad es necesario aplicar correctas técnicas de cultivo, elegir una cubierta adecuada a la ubicación particular de la explotación así como la variedad que mejor se adapte a unas condiciones determinadas de cultivo y mercado.

La expansión del cultivo bajo invernadero y las distintas condiciones microclimáticas de las islas, justifica mantener una línea de investigación abierta al estudio de nuevos materiales de cubierta y su influencia sobre el desarrollo de las plantas que permita transferir al sector una información actualizada sobre las mejoras que se vayan produciendo en todo lo relacionado con el cultivo y su manejo bajo invernadero.