La industria de hortalizas de invernadero nunca se ha basado en ideas
revolucionarias. Las mejores compañías y productores de esta industria han
basado su progreso en la mejora continua en virtud de la adquisición de los
productos de la mejor calidad disponible en ese momento, enfocándose en detalles
para generar información y planificación rigurosa.
Piense en cualquiera de los componentes principales en un invernadero de
hortalizas " ” estructuras, sistemas de calefacción, sistemas de irrigación y
sustratos; todos han evolucionado a través del tiempo. Nunca ha existido una
sola idea revolucionaria que haya transformado la industria produciendo
incrementos masivos en producción o calidad de frutos.
Con esto en mente, es hora de que muchas compañías y productores de México
concentren su energía y recursos en comprar productos y servicios de la mejor
calidad, de los mejores proveedores. Es hora de que se enfoquen en los detalles
requeridos para producir la mejor cantidad y calidad de frutos; y es hora de que
comiencen a planificar con mayor detalle. Como dice el refrán, " œ ¡planifica tu
trabajo y trabaja en tu plan!"
Calidad sin concesiones
Revisemos los principales componentes del invernadero: estructura,
irrigación, calefacción y sustrato. Todo lo demás es secundario y sólo sirve
para apoyar a éstos. Estos cuatro componentes son la base para obtener alta
producción y calidad de fruto. Nunca haga concesiones en estos componentes.
La estructura, junto con las plantas en el interior del invernadero, crea las
condiciones para el mejor clima posible para el crecimiento y desarrollo del
cultivo. Si su empresa decide que el polietileno es la mejor elección, entonces
debería utilizar un tejado de polietileno de doble capa. Esto lo hará mas cálido
en invierno (en México también hace frío) y más fresco en verano.Elija
ventilación superior doble con ventilas amplias. Todos los datos indican que
esto establecerá las condiciones para el mejor clima. Claro que es más caro que
una estructura con ventilación fija sencilla (a un solo lado del tejado) pero no
se trata de ahorrar, sino de realizar la mejor inversión que maximice el
potencial para alta calidad y alta producción. La estructura debe tener un
mínimo de 5.5 a 6.0 m de altura a la canaleta. Las estructuras altas crean mejor
flujo de aire. La ventilación lateral arruina el ambiente húmedo en el interior
del invernadero.
En México se requiere calefacción y este importante elemento debe incluirse
si desea conseguir la mejor calidad de frutos y si realmente quiere controlar el
crecimiento y desarrollo de la planta. Cualquier sistema de calefacción es
preferible a no tener ninguno. Sin embargo, el sistema de agua caliente es el
mejor. En consecuencia, producción y calidad altas provienen de invernaderos con
sistemas de calefacción por agua caliente.
El diseño del sistema de irrigación y la calidad de sus componentes, junto
con el sistema de calefacción, es un factor crítico para el control y la
orientación del crecimiento y desarrollo de la planta. Recuerde que " œlo barato
sale caro." Compre el sistema con la mayor precisión posible para que entregue
el agua a las plantas en el momento correcto y con el volumen correcto cuando la
necesiten. El sistema de irrigación es una herramienta mediante la cual el
productor controla la velocidad de desarrollo de la planta y la calidad de fruto
y es el sistema que, junto con el de calefacción, contribuye a orientar el
cultivo en dirección vegetativa o generativa cuando se requiera.
El sustrato es un componente que con frecuencia los productores adquieren en
base al precio más bajo. Sin embargo, como todo en la vida, uno obtiene lo que
se merece. El sustrato es la base para el crecimiento y desarrollo óptimo del
cultivo. Un sustrato barato nunca va a producir la calidad más alta ni la mejor
calidad de fruto. En el caso de los sustratos, más no es mejor. Demasiado
sustrato (demasiados litros por m2) no permite al productor que desarrolle una
estrategia de manejo de agua adecuada. A lo largo de la temporada, demasiado
sustrato reducirá el rendimiento y la calidad de fruto total, y no será posible
orientar el cultivo adecuadamente.
Muchos productores recopilan montones de datos de varios sistemas y de las
plantas en el invernadero. Sin embargo, en mi experiencia, sólo los mejores
productores convierten estos datos en información sobre la cual tomar
decisiones. Los datos no permiten al productor tomar decisiones " ” sólo la
información puede emplearse como base de la toma de decisiones. Los datos de
calidad conducen a información de calidad, y a su vez en decisiones de
calidad.
Los productores que se centran en los datos solamente, están desperdiciando
una valiosa oportunidad. Por el contrario deberían convertir esos datos en
gráficos (información) que muestren claramente una tendencia. Usted necesita ver
estas tendencias (hacia donde se dirige la planta) para poder tomar decisiones.
Es como manejar un auto; uno mira hacia delante para ver la ruta, y no sólo uno
o dos metros en frente del auto. Los gráficos le muestran un historial en base
al cual puede tomar decisiones.
Recopile datos de las mediciones de la planta cada semana e incluya esos
datos en un gráfico. Las plantas le contaran una historia, y si usted presta
atención, podrá ver hacia donde se dirigen. A partir de esta información el
productor será capaz de tomar decisiones relativas a la estrategia de
irrigación, calefacción y clima y realizar los ajustes adecuados para mantener a
las plantas en la ruta deseada.
Algunos datos importantes a tener en cuenta son EC y pH diarios. Las plantas
le mostrarán en qué dirección van " ” vegetativa o generativa.
Mida la luminosidad total (J/cm2) y relacione esta medida con la estrategia
de manejo de agua.
Mida el drenaje de agua del sustrato. Menos del 25 al 30% de drenaje
significa que las raíces de la planta estarán desprovistas de oxígeno.
Mida los principales indicadores del crecimiento de la planta: diámetro del
tallo, velocidad de floración y distancia del racimo floral a la cabeza de la
planta.
Cuando todos los datos anteriores se integren en gráficos, las plantas podrán
relatarle su futuro. A partir de la historia que cuentan las plantas, el
productor será capaz de comunicarse con ellas a través del sistema de control de
clima y de irrigación. De hecho, plantas y productor serán capaces de
comunicarse efectivamente y trabajar en equipo para alcanzar una meta común.
Planificación
Toda empresa y productor exitosos desarrollan un plan para el cultivo al
inicio de la nueva temporada. El plan está basado en información aprendida del
cultivo anterior. Un buen plan nunca es rígido sino que está dotado de cierta
flexibilidad que permita realizar cambios en el clima y en el comportamiento de
las plantas.
El mejor método de planificación, de una manera muy visual, es utilizar un
diagrama de Gantt con actividades y objetivos de producción.
Un buen plan de cultivo incluirá objetivos de producción semanales, realistas
y alcanzables (kg/m2) así como estrategias de clima e irrigación diseñadas para
orientar el cultivo en la dirección deseada hacia los objetivos de producción.
Sin un plan de producción detallado semana a semana, el productor tendría que
trabajar constantemente de modo reactivo, en vez de proactivo, con respecto al
crecimiento y desarrollo del cultivo.
Un plan se compone de objetivos semanales, metas y objetivos que pueden ser
usados como patrón o modelo de la evolución del cultivo. Además, teniendo en
cuenta que el productor no trabaja de manera aislada, sino que forma parte
integral de un equipo en la empresa, debe crear un modelo de producción semana
por semana para sus colegas responsables de ventas y mercadeo.
El plan de trabajos del cultivo debe incluir también objetivos de manejo de
cultivo específicos. De nuevo, se trata de establecer un patrón o modelo a
seguir. El productor debe saber dónde quiere que esté el cultivo cada semana, de
manera que pueda efectuar correcciones para permanecer en la ruta hacia el
éxito. Sin un plan detallado de trabajos del cultivo, sería como salir de viaje
sin conocer el camino a seguir para llegar a destino. En el lado opuesto, muchos
productores conocen el destino " ” total de kg/m2 al final de la temporada " ”
pero no conocen la ruta que van a tomar para llegar allí.
El plan también debe incluir la mano de obra. Hay que crear un plan que
contemple cómo los trabajadores del cultivo van a desempeñar su trabajo y qué
van a hacer cada semana. El productor debe saber qué actividades deben
completarse cada semana y cuánto tiempo va a tomar el completar cada una de
ellas. De nuevo, el productor está creando modelos por los cuales podrá medir el
éxito de los trabajadores en el invernadero.
Una ventaja de crear un plan cultivo-mano de obra es que los trabajadores, y
en particular los supervisores, sabrán exactamente lo que se espera de ellos y
qué debe completarse cada semana para mantenerse en la ruta deseada. Sin un plan
sólido de trabajo, el trabajo real en el invernadero se quedará atrás y esto
costará a la empresa muchos kilos de producción.
El plan para la mano de obra debe dividirse en dos partes: trabajadores de
zona superior (responsables de entutorar y guiar las plantas, eliminar chupones,
podar racimos, inclinar y bajar las plantas) y trabajadores de zona inferior
(responsables de deshojar, cosechar, explorar en busca de enfermedades y plagas
y limpieza general del invernadero).
Conclusiones
En resumen, los productores de invernadero exitosos compran equipos de la
mejor calidad, se concentran en los detalles y emplean esos detalles para
generar información y tener un plan estructurado que incluya las actividades
principales de producción del cultivo a través de la temporada. Siga este
ejemplo para triunfar.