La práctica generalizada de la agricultura intensiva ha conducido a la proliferación de patógenos del suelo que generan importantes pérdidas en los cultivos hortícolas. La estrategia seguida para el control de estos patógenos ha sido la fumigación química del suelo antes del transplante y la posterior aplicación de fungicidas e insecticidas sobre el cultivo. La evidencia científica del impacto negativo de estas prácticas sobre la salud humana y el medio ambiente ha llevado a la aparición de prohibiciones y limitaciones legales en el uso de muchos de los productos químicos (bromuro de metilo, dicloropropeno, cloropricrina).
Los fumigantes químicos originan un desequilibrio microbiológico en el suelo, que se incrementa a medida que la desinfección se reitera en el mismo suelo año tras año. Además, estos productos no resultan suficientes para controlar las enfermedades a niveles satisfactorios y, mucho menos, para erradicarlas. El coste que conlleva la desinfección química restringe su uso a cultivos muy rentables, como es el caso de los cultivos hortícolas intensivos de invernadero.
Dichas limitaciones hacen necesaria la búsqueda de alternativas a la desinfección química que sean económicamente viables y respetuosas con el medio ambiente. Inmersos en ésta búsqueda, Neiker-Tecnalia (País Vasco) han comprobado la eficacia del uso del estiércol semicompostado en combinación con el sellado plástico del suelo para el control de laPhytophthora capsici.
Este hongo es el causante de la podredumbre de las raíces y del cuello en pimientos cultivados en invernadero. La investigación ha consistido en evaluar diferentes biodesinfectantes del suelo que combatan la proliferación de organismos patógenos, que sean respetuosos con el medio ambiente y económicamente viables.
La biodesinfección es una técnica de bajo coste y fácil aplicación que se puede utilizar en producción integrada y agricultura ecológica Posibilita obtener una producción agrícola a precios competitivos, al mismo tiempo que permite dar una salida a ciertos residuos ganaderos y agroindustriales (estiércoles, gallinaza, vinazas).
La incorporación al suelo de estiércol semicompostado y el posterior sellado plástico durante seis semanas se presentó como una práctica eficaz para el control de la enfermedad, a pesar de que la temperatura alcanzada en el suelo durante el tratamiento no fue suficiente para inactivar térmicamente a las oosporas de Phytophthora capsici.
La degradación del estiércol incorporado al suelo aumenta la concentración de amoníaco bajo la cubierta plástica y eleva la biomasa y diversidad de los microorganismos. Tras aplicar la biodesinfección durante tres años, se observó una mejora de las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, que conllevó un aumento de la capacidad supresora del suelo que impidió el desarrollo de la enfermedad.
Los ensayos realizados durante el verano confirmaron la importancia de la alta temperatura del suelo para dejar inactivas las oosporas de Phytophthora capsici. Durante el otoño, la época térmicamente menos favorable, se corroboró que las enmiendas orgánicas desempeñan un papel fundamental en la reducción de la supervivencia del patógeno. Los compuestos orgánicos, como el estiércol semicompostado, aumentaron su eficacia a medida que el tratamiento se reitera sobre el mismo suelo durante varios años, tanto para el control de Phytophthora capsici como para el nematodo fitoparásitoMeloidogyne incognita.
Los fumigantes químicos originan un desequilibrio microbiológico en el suelo, que se incrementa a medida que la desinfección se reitera en el mismo suelo año tras año. Además, estos productos no resultan suficientes para controlar las enfermedades a niveles satisfactorios y, mucho menos, para erradicarlas. El coste que conlleva la desinfección química restringe su uso a cultivos muy rentables, como es el caso de los cultivos hortícolas intensivos de invernadero.
Dichas limitaciones hacen necesaria la búsqueda de alternativas a la desinfección química que sean económicamente viables y respetuosas con el medio ambiente. Inmersos en ésta búsqueda, Neiker-Tecnalia (País Vasco) han comprobado la eficacia del uso del estiércol semicompostado en combinación con el sellado plástico del suelo para el control de laPhytophthora capsici.
Este hongo es el causante de la podredumbre de las raíces y del cuello en pimientos cultivados en invernadero. La investigación ha consistido en evaluar diferentes biodesinfectantes del suelo que combatan la proliferación de organismos patógenos, que sean respetuosos con el medio ambiente y económicamente viables.
La biodesinfección es una técnica de bajo coste y fácil aplicación que se puede utilizar en producción integrada y agricultura ecológica Posibilita obtener una producción agrícola a precios competitivos, al mismo tiempo que permite dar una salida a ciertos residuos ganaderos y agroindustriales (estiércoles, gallinaza, vinazas).
La incorporación al suelo de estiércol semicompostado y el posterior sellado plástico durante seis semanas se presentó como una práctica eficaz para el control de la enfermedad, a pesar de que la temperatura alcanzada en el suelo durante el tratamiento no fue suficiente para inactivar térmicamente a las oosporas de Phytophthora capsici.
La degradación del estiércol incorporado al suelo aumenta la concentración de amoníaco bajo la cubierta plástica y eleva la biomasa y diversidad de los microorganismos. Tras aplicar la biodesinfección durante tres años, se observó una mejora de las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, que conllevó un aumento de la capacidad supresora del suelo que impidió el desarrollo de la enfermedad.
Los ensayos realizados durante el verano confirmaron la importancia de la alta temperatura del suelo para dejar inactivas las oosporas de Phytophthora capsici. Durante el otoño, la época térmicamente menos favorable, se corroboró que las enmiendas orgánicas desempeñan un papel fundamental en la reducción de la supervivencia del patógeno. Los compuestos orgánicos, como el estiércol semicompostado, aumentaron su eficacia a medida que el tratamiento se reitera sobre el mismo suelo durante varios años, tanto para el control de Phytophthora capsici como para el nematodo fitoparásitoMeloidogyne incognita.