¿Cómo detectar el tipo de hongo que amenaza el cultivo del pepino en invernadero? ¿Cuál es el fungicida más adecuado en cada tratamiento? La Dirección General de la Producción Agrícola y Ganadera de la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía aporta sus claves.
A finales de mayo de 2011, el pepino almeriense saltaba a los titulares de la prensa nacional e internacional, acusado por las autoridades sanitarias de Alemania de ser responsable de la propagación de la variante agresiva de la bacteria E-Coli, que dejó medio centenar de muertos y más de 4000 afectados, prácticamente todos en el país germano. Poco más adelante, las mismas autoridades detectaron el verdadero origen en brotes de soja, aunque el daño a los productores españoles ya estaba hecho.
Un daño totalmente injustificado, puesto que, desde el punto de vista sanitario, tanto los agricultores como las autoridades sanitarias ponen todo de su parte para salvaguardar la seguridad de los alimentosque se producen. En el caso del pepino, la principal salvaguarda son los fungicidas que, usados de manera responsable, erradican las enfermedades que afectan a este cultivo.
Los hongos, principal amenaza
La araña roja, la mosca blanca, los nematodos... Son algunas de las plagas amenazan a las explotaciones de pepino. La mayoría de ellas se pueden controlar, y de hecho se controlan, mediante el control biológico.
Sin embargo, la aparición de hongos sólo permite, hasta el día de hoy, su erradicación a partir de productos químicos. ¿Cómo detectar a qué tipo de hongo nos enfrentamos y qué producto utilizar? Existen cuatro amenazas y uno o varios fungicidas para luchar contra ellas.
Principales hongos que afectan al cultivo del pepino
Oidiopsis (Leveillula taurina)
Es un parásito que en Almería se ha visto de forma esporádica en pepino. Los síntomas que manifiesta son manchas amarillas en el haz de la hoja, que se necrosan rápidamente por el centro, en el envés de las cuales puede observarse un fieltro blanquecino.
Estas manchas aumentan de tamaño y número y en caso de fuerte ataque, la hoja se seca y se desprende pudiendo llegar a provocar importantes defoliaciones. Las solanáceas silvestres actúan como fuente de inóculo.
Control químico: La sustancia más común con la que puede controlarse el oidio es a través del azufre, presentado en diferentes formatos (micronizado, molido, sublimado...). El azufre puede también acompañar a otras sustancias como el ciproconazol, bupirimato. También se puede controlar mediante otras sustancias químicas, como son el nuarimol, el pirifenox o el triadimefon.
Oidio de las cucurbitáceas (Eryshipe cichoraceum)
También conocida como “cenicilla”. Los síntomas se pueden ver en las hojas. Se trata de manchas blancas que van cubriendo todo el aparato vegetativo e invaden toda la hoja.
Los posibles inoculadores son las malas hierbas u otras plantas ya afectadas por la cenicilla. Es raro que maten a la planta, aunque eso sí, utilizan sus nutrientes, asfixiando a la planta.
Control químico: Al igual que la oidiopsis, la mejor manera para luchar contra el oidio de las cucurbitaceas es a través del azufre (igualmente micronizado, molido, sublimado...). El resto de sustancias químicas son las mismas o similares a las que se utilizan en la lucha de la oidiopsis (nuarimol, el pirifenox ,el triadimefon...) y otras como el etirimol o el imazalil.
Podredumbre gris (Botryotis cynerea)
Parásito inespecífico que ataca a un alto número de especies vegetales, afectando a todos los cultivos protegidos de Almería (...)