Con la evaporación y estimando la evapotranspiración podemos calcular la
cantidad de agua que requiere un cultivo para ser regado, esto nos da una idea
del tiempo de riego una vez definido el consumo de agua del emisor que puede ser
un aspersor o del gotero dependiendo del tipo de riego que utilice la finca, sin
embargo, falta responder cada cuanto tiempo se le debe aplicar agua al cultivo,
en lo que se conoce como frecuencia de riego.
Problemas causados por mala frecuencia de riego:
Cuando la frecuencia de riego disminuye y se alarga el tiempo entre riego y
riego se producen importantes fluctuaciones de humedad, el suelo pasa de estar
seco a estar húmedo muy rápidamente, los cultivos reaccionan de manera diferente
a las fluctuaciones de humedad en el suelo, en el caso del tomate se producen
rajaduras en los frutos que le restan valor comercial, en el caso del repollo
pueden estallar las cabezas de los repollos por cambios bruscos en el contenido
de agua del producto comercial.
Las fluctuaciones de humedad con frecuencia de riego bajas pueden producir
estos síntomas
En todo caso los períodos secos entre riego y riego cuando la frecuencia es
baja, producen el cierre de los estomas y reducción de la fotosíntesis con una
consecuencia en el freno en el desarrollo de la planta y disminución del
rendimiento, si el tiempo seco se hace muy intenso se puede presentar
deficiencia de calcio en los frutos de tomate o pimentón.
Cuando la frecuencia es muy alta, hay que estar atentos con la aireación del
sustrato o suelo para que la planta no sufra por falta de aire en las raíces y
repercuta en perdida del rendimiento o incluso el desarrollo de enfermedades del
suelo como Ralstonia solanacearum, Phythophthora o Phythium.
La frecuencia de riego en los métodos tradicionales.
En fincas ubicadas dentro de sistemas de riego rurales, la frecuencia de
riego viene definida por el turno de riego del agricultor, la mesa técnica de
agua se reúne y define cada cuanto tiempo y que cantidad de agua se le va a
asignar a cada parcelero, en consecuencia el agricultor debe esperar el momento
asignado y utilizar el agua que tiene asignada durante el tiempo que se le
permite hasta completar un volumen de agua dado.
Esta técnica hace que los cultivos no reciban la cantidad de agua adecuada,
puede que las plantas muestren síntomas de déficit hídrico pero el agricultor no
las podrá atender hasta que no le toque el turno de riego eso trae como
consecuencia que los rendimientos disminuyan.
En fincas que tienen sus propias fuentes de agua como ríos, lagunas y pozos,
pueden aplicar agua a discreción, y lo que tradicionalmente hacen es aplicar la
misma cantidad de agua con la frecuencia que realizan todos los agricultores del
lugar, por ejemplo en el valle de Chirgua, en el estado Carabobo en Venezuela se
estila hacer un riego semanal al cultivo de papa, si el ciclo dura 3 meses
entonces se aplican doce riegos en ese lote.
En este documento pretendemos analizar porque estos métodos no son los mas
adecuados y que es lo que más conviene al agricultor.
Factores que afectan la frecuencia de riego.
El suelo o sustrato y la frecuencia de riego.
El suelo es la reserva de agua del agricultor, cuando se aplica un riego el
agua se retiene en el suelo y el cultivo va consumiendo lo que necesita en la
medida que el suelo pueda proveer la cantidad de agua a la planta, hasta un
punto en que se requiere que se riegue de nuevo.
El suelo tiene capacidad de retener una cantidad de agua finita y si el riego
o lluvia supera esa capacidad de retención van a ocurrir dos fenómenos:
El primero se llama escorrentía y es el agua no la absorbe el suelo en un
fenómeno conocido como infiltración, en consecuencia el agua fluye hacia los
ríos, desplazándose por la superficie del suelo. Si el suelo no tiene vegetación
y hay suficiente pendiente en el terreno, se puede presentar erosión.
Cuando no hay pendiente en el terreno la escorrentía no fluye sino que se
acumula en la superficie del suelo causando anegamiento y daños a las raíces por
falta de oxigeno tal como se explica en el artículo sobre la respiración
vegetal.
El segundo fenómeno se llama lixiviación y ocurre con más intensidad en
suelos sueltos muy arenosos o con mucha materia orgánica, sin embargo también
ocurre con menor intensidad en suelos arcillosos y limosos, en este caso el agua
es absorbida por el suelo pero supera la capacidad de retención del suelo y pasa
a las capas profundas hasta llegar a los acuíferos, este fenómeno acarrea como
consecuencia el lavado de sales y de fertilizantes lo cual es muy beneficioso en
suelos con problemas de salinidad, pero en los suelos normales representa una
pérdida de la fertilidad del suelo y se contaminan los acuíferos con nitratos
que son los más perjudiciales.
Para conocer mas sobre la infiltración y la escorrentía recomendamos visitar
el artículo sobre el balance hídrico de los suelos.
La frecuencia de riego debe variar dependiendo del tipo de suelo, un suelo
arcilloso puede ser regado con una frecuencia menor que un suelo arenoso, ya que
el suelo arcilloso retiene mas agua que un suelo arenoso, sin embargo los riegos
no pueden ser muy intensos porque la capacidad de infiltración es baja y hay
alto riesgo que ocurra escorrentía.
En los invernaderos hay que analizar el tipo de sustrato que se está
utilizando, si se usa suelo los principios son similares a los descritos
anteriormente.
Si se utiliza cualquier tipo de sustrato artificial el riesgo de escorrentía
es mínimo ya que todos los sustratos artificiales se diseñan para tener una gran
infiltración, incluidos los sustratos orgánicos, el gran riesgo es la
lixiviación que en el gremio se conoce como agua de drenaje, la cual es extraída
del invernadero.
Hay recetas de riego que recomiendan regar hasta producir un 20% de agua de
drenaje, eso quiere decir que si un sustrato requiere para restituir su nivel de
humedad 6 mm de lámina de riego, el agricultor debe aplicar 7,2 mm y esperar
recoger en la salida de los drenajes del invernadero 1,2 mm de agua, si se logra
esa meta de agua de drenaje, al día siguiente se puede aplicar la misma cantidad
de agua de riego, de lo contrario hay que subir o bajar la cantidad de agua a
aplicar.
Hay que resaltar que esa agua de drenaje es rica en sales fertilizantes, si
bien permite extraer lo que no consumió el cultivo, representa un gran gasto de
dinero en fertilizantes hidrosolubles que son los más caros y producen una gran
contaminación por los altos contenidos de nitratos y fosfatos que eutrofican las
aguas tal como se describe en el artículo sobre impacto ambiental de los
invernaderos.
Si el agua de drenaje que sale del invernadero es utilizado en cultivos de
menor valor como pastos o frutales el efecto contaminante se reduce.
Volumen del suelo, tamaño del contenedor del sustrato y la frecuencia de
riego.
Si dentro del invernadero se cultiva en el suelo directamente o toda la
superficie del invernadero es acondicionada con un sustrato especial como ocurre
en Almería en España al sembrar en invernaderos enarenados, entonces la
capacidad de almacenamiento de agua es máxima y se pueden distanciar los riegos
redundando en una frecuencia de riego menor.
Igual sucede en un suelo profundo a campo abierto sin piso de rastra o de
arado, donde se utiliza el subsolador con una frecuencia de por lo menos una vez
al año. Estos suelos trabajados de esta manera pueden tener una frecuencia de
riego menor que suelos donde sólo se utiliza la rastra y la profundidad del
suelo es baja en consecuencia poseen menor volumen útil que redunda en poca
capacidad de retener el agua.
Si el cultivo es en sustratos colocados en canteros se dispone de un volumen
de sustrato mayor que si se siembra en bolsas o macetas, por lo tanto la
frecuencia de riego debe ser mayor en las bolsas que en los canteros, los
cultivos en lana de roca poseen muy poco volumen se sustrato en comparación al
tamaño de las plantas, por lo que la frecuencia de riego debe aumentar de manera
importante, el caso extremo es en la aeroponía donde no hay nada de sustrato y
las raíces crecen en el aire por lo que la frecuencia de riego debe ser
máxima.
Las naranjas pueden recibir riegos con menor frecuencia que las
hortalizas
En resumen un cultivo de naranjas cuyas raíces profundizan más de un metro y
exploran mucho volumen de suelo y sacar agua del suelo profundo, pueden ser
regadas con una frecuencia muy baja en niveles que puede ser cada quince días,
por otro lado un cultivo en cultivos de hortalizas que exploran poco suelo deben
ser regadas muy frecuentemente. Estos son ejemplos solamente enunciativos que
deben ser sometidos a cálculos con los datos de las condiciones especiales de
cada caso para tener la frecuencia de riego para cada caso en particular.
El estado del tiempo y la frecuencia de riego.
Hemos estudiado en el artículo sobre la evapotranspiración la relación de
este parámetro con la demanda de agua del cultivo y hemos observado que en días
nublados y lluviosos la demanda de agua es menor y en días muy secos y soleados
la demanda de agua es mayor, nada mas este factor induce a que la frecuencia de
riego sea mayor en días soleados y menor en días nublados, si nos disponemos a
aplicar la misma cantidad de agua en cada riego.
A esto debemos añadir que en los días soleados se requiere que el agua sea
más fácilmente asimilable que en días nublados, por lo que el punto al que
podemos dejar secar el suelo antes de regar varía y tenemos menor capacidad de
almacenamiento de agua disponible al cultivo simplemente porque el cultivo
requiere que el agua este más fácilmente disponible.
Los científicos conocen a la retención del agua por el suelo como potencial
hídrico y mientras este sea más negativo el suelo retiene al agua con más
fuerza, un suelo seco tiene un potencial hídrico muy negativo y un suelo húmedo
tiene un potencial hídrico más alto que hace que la planta pueda absorber el
agua usando menos energía y eso es lo que se necesita en un día soleado.
En resumen un día soleado requiere una frecuencia de riego mayor que un
cultivo en un día nublado, si se hacen varios riegos en un día la frecuencia
debe ser mayor en las horas del mediodía donde la demanda de agua es mayor, que
en las horas más frescas del día donde la frecuencia debe ser menor incluida la
noche.
Diseño del sistema de riego y la frecuencia de riego
En teoría un sistema de riego debería diseñarse para una frecuencia de riego
dada por el cultivo y las necesidades del cliente, sin embargo es común en
nuestro servicio de asistencia técnica encontrar que el cliente ya tiene un
sistema de riego en funcionamiento y cuando vamos a revisar su versatilidad
encontramos que hay unas limitantes que debemos respetar.
Ideal es decirle al productor que su sistema de riego no sirve y que debe
comprar otro, pero si hacemos eso seguramente nos quedaremos sin clientes en
nuestro programa de asistencia técnica, es por ello que debemos evaluar los
parámetros de riego para decidir la frecuencia de riego.
Un invernadero con mangueras que poseen goteros autocompensados, puede ser
regados con una frecuencia mayor que uno que no posea las mangueras
autocompensadas, la manguera con goteros autocompensados detienen el riego
cuando baja la presión y vuelven a funcionar cuando se restituye la presión, por
tal motivo quedan llenas de agua y rápidamente alcanzan la presión de trabajo a
diferencia de una manguera que no sea de goteros autocompensados que primero
tiene que llenar las mangueras y posteriormente alcanzar la presión de
trabajo.
El tiempo que la manguera está fuera del rango de presiones de trabajo, el
riego es muy desuniforme y de mala calidad, por lo general en ese período de
baja presión, recibe mucha mas agua las plantas ubicadas en las zonas bajas del
invernadero en comparación a las ubicadas en las zonas altas, si se riega un
cultivo con mangueras con goteros no autocompensadas con alta frecuencia se
presentarán diferencias en el tamaño y productividad de los cultivos de las
zonas altas del invernadero en comparación a las plantas ubicadas en las zonas
bajas.
En una oportunidad en nuestro servicio de asistencia técnica conseguimos que
unos invernaderos alcanzaban la presión de trabajo en dos minutos después de
arrancar el riego lo cual no es muy malo y aplicaban riegos de 10 minutos, por
lo tanto 2 minutos eran de mala calidad y 8 minutos de buena calidad, eso
representaba que el 25% del riego fuera de mala calidad.
Indagando un poco mas conseguimos que la manguera tardaba 35 minutos en
vaciarse, lo que significaba que el riego para las plantas de la parte alta del
invernadero era de seis minutos que es el tiempo de riego de buena calidad y a
buenas presiones.
Por otro lado el tiempo de riego de la parte baja era de 43 minutos que es el
tiempo que estuvo prendida la bomba mas el tiempo que tarda la manguera en
vaciarse, sobra decir que la parte baja del invernadero es la primera zona que
empieza a gotear y la última que lo hace cuando se apaga el riego, por lo tanto
el tiempo de buena calidad era 6 minutos y el tiempo total de riego era de 43
minutos lo que coloca el tiempo de buen riego en un 14% (es decir 6min entre 43
min) y el tiempo de un mal riego en 86% (es decir 37 min entre 43 min) del
tiempo.
Si se aumenta la cantidad de agua partiendo del criterio del coeficiente de
uniformidad de riego que aparece en los libros sobre riego por goteo, para que
las plantas ubicadas en las zonas altas reciban al menos la cantidad de agua que
requiere el cultivo, entonces nos encontramos que las plantas ubicadas en la
parte de abajo reciben exceso de agua sufriendo de asfixia radical y en el peor
de los casos explotando enfermedades como la Ralstonia solanacearum, el Phytium
y la Phythophthora por citar unos pocos casos que hemos observado en nuestro
programa de asistencia técnica, para entender esto recomendamos visitar el
artículo sobre la pirámide de la enfermedad.
La norma es que en riegos más frecuentes dentro de los invernaderos la
productividad sube y riegos menos frecuentes bajan la productividad, pero usar
mangueras con goteros no autocompensados obliga a hacer riegos diarios o como
máximo dos riegos al día, para frecuencias mayores lo ideal es el uso de
mangueras con goteros autocompensados.
Cultivos con riegos por goteo a campo abierto acostumbran utilizar un solo
riego diario y en invernaderos tratan de aumentar al máximo la frecuencia de
riego.
Otro aspecto relacionado con el diseño del sistema de riego es el hecho de
que el sistema sea fijo o móvil, el cultivo de la papa en Chirgua se riega con
aspersores colocados en tubos que son movidos a otro lote después que termina el
riego, esto representa un gasto de mano de obra que obliga a distanciar los
riegos para que el número de visitas que recibe un cultivo sea menor y reducir
el gasto en mano de obra, en el riego por miniaspersores esa limitante no existe
ya que el sistema es fijo y se puede regar con mas alta frecuencia que incluso
puede ser diario.
La frecuencia de riego y el software de fertirriego.
Hemos desarrollado un software que calcula los parámetros del fertirriego y
hace recomendaciones sobre una base de un riego diario para el riego por goteo,
sin embargo para riego por aspersión considera la capacidad de absorber agua del
suelo (infiltración), la capacidad de retención de agua en parámetros que los
científicos conocen como capacidad de campo, punto de riego y punto de marchitez
permanente, incluso calcula cuando debe reiniciar el riego después de una lluvia
importante ya que estima la infiltración y la lixiviación explicadas en este
artículo.
En todo caso ajusta la frecuencia de riego a las condiciones climáticas y del
suelo, haciendo esos cálculos en forma automática para usted, completándolo con
los cálculos de nutrición que definen la necesidad de fertilizantes.
Estos cálculos no requieren más que un obrero tome los datos de evaporación
del campo y se los suministre a una persona que tenga acceso a internet en una
oficina, en un celular o en una tableta. El software calcula los requerimientos
de riego y abono y suministra una información muy sencilla fácil de seguir por
un obrero como lo es los kilos de cada fertilizante que se necesita y el tiempo
de riego que requiere cada lote de acuerdo a la edad del cultivo.
Usted no debe preocuparse de toda esa información técnica que se maneja en la
literatura especializada en riego y fertirriego, el programa lo calcula por
usted, es como si tuviera un ingeniero agrónomo trabajando las 24 horas del día
para usted.
Si usted es un profesional del agro el programa le salva de hacer esos
cálculos que le consumían mucho tiempo y que los hacía cada quince días por
falta de tiempo, de esa forma el programa se los actualiza a diario cada vez que
usted reporte la evaporación que es el principal dato que requiere el software y
de esa forma tiene más tiempo de supervisar el desarrollo de sus siembras y ver
que están haciendo los obreros.
Sin embargo el software puede realizar reportes para los agrotécnicos que
suministran esa información técnica que les permiten tomar decisiones y hacer
ajustes partiendo de su experiencia profesional, por lo que el programa no
impone sus recomendaciones, un agrotécnico puede modificarlas a su
discreción.
En resumen el software de fertirriego trabaja con una frecuencia diaria en el
caso del riego por goteo y el riego por aspersión si varía la frecuencia de
riego dependiendo de las condiciones de clima y suelo como fueron descritas en
este artículo.