Seleccionar una ubicación para construir tu invernadero es una elección tan
importante como seleccionar materiales de construcción, semillas, nutrientes de
plantas, y otros innumerables factores sobre los que tienes que decidir para
asegurar el éxito de tu operación.
Hay muchos aspectos que debes considerar en cuanto a la elección de la
ubicación, y para ayudarte a hacer el proceso más eficiente, vamos a presentar
12 factores en total que deberías tomar en cuenta antes de que hagas esta
decisión tan importante para el largo plazo. Dividimos las recomendaciones en
una serie de dos partes, y aquí les indicamos las primeras seis:
Radiación solar: Debido a que las plantas requieren luz para la fotosíntesis,
es crítico determinar la manera en que el sol las va a alcanzar. Una baja
cantidad de luz puede reducir la fotosíntesis lo cual provocará lento
crecimiento, y aborto de frutas y flores. Eso resulta en bajos rendimientos y
bajo retorno de inversion. La ubicación de tu invernadero y la época del año
suponen una gran diferencia en la fotosíntesis; las ubicaciones que no reciban
radiación solar suficiente en el invierno van a necesitar luz suplementaria.
Agua: Es necesario suministrar cerca de 3.75 litros de agua mezclados con los
nutrientes para cada planta además de el agua necesaria para refrigeración por
evaporación, lo cual requiere 90,000-140,000 litros por hectárea diarios. Se
puede reciclar el agua con nutrientes para optimizar el uso eficiente de agua,
pero debes purgar agua del enfriador para reducir la acumulación de sal. Se debe
analizar el agua inicialmente para evaluar los niveles de sal y pH. Los niveles
de pH deben ser ajustados alrededor de 5.8-6.5 para tomates, y si el agua de
manantial es básica o alcalina (pH superior a 7), agrega ácidos tales como
nítrico, fosfórico, y sulfúrico. Si el agua de manantial es ácida (pH muy
inferior a 7), agrega una base.
Elevación: La elevación afecta a las temperaturas altas en el verano y a las
temperaturas bajas en el invierno, y en consecuencia afectará a los costos de
enfriamiento y calefacción. Los tomates se desarrollan mejor entre temperaturas
de 15 a 30 °C. Si tu operación se ubica en una altitud elevada, te ofrecemos a
continuación unas recomendaciones adicionales para controlar la temperatura:
Coloca jarras plásticas con agua alrededor de las plantas cuando haga frío
afuera. El agua se va a calentar durante el día, y mantendrá el calor cuando
llegue la noche y la temperatura baje.
Coloca una alarma de temperatura dentro del invernadero durante los meses
fríos para alertarte cuando haya un descenso térmico. Si es necesario, puedes
traer un calentador cerámico para incrementar la temperatura.
Si tienes una estructura rígida, usa una apertura de ventilación automática
para controlar la calefacción. Si tienes una estructura no rígida, puedes abrir
una portezuela o ventila para permitir la reducción de calor.
Durante el verano, usa un sistema de agua automático, si es posible; uno que
incluya un nebulizador. Durante el invierno, desconecta todas las mangueras para
evitar la congelación de los tubos, y en su lugar utiliza un método de riego
manual.
Microclima: Hay muchos factores diferentes que pueden afectar al ambiente
interno de tu invernadero, incluyendo latitud y altitud. Ten en cuenta que al
nivel del mar en una ubicación determinada, siempre va a hacer más frío que al
nivel de mar en el ecuador, y grandes masas de agua se calientan y se enfrían
más rápido que las masas de tierra. Por ejemplo, San Diego, California, que está
próximo al Pacífico, tiene una fluctuación de temperatura mucho menor entre el
día y la noche que el desierto sonorense, el cual no está cerca de ninguna masa
de agua y cuyas temperaturas pueden fluctuar hasta 34°C (de -12°C a 46°C).
También debes ser consciente de árboles, montañas, y otras obstrucciones
cercanas a tu estructura, las cuales pueden proyectar sombra sobre el
invernadero, especialmente en las mañanas. Además, las montañas tienen la
habilidad de afectar el patrón del viento y las tormentas. Otras consideraciones
ambientales son las nubes y la niebla que pueden formarse en ciertas horas del
día en áreas específicas reduciendo la luz solar y en consecuencia la
fotosíntesis; vientos fuertes, los cuales pueden causar daños estructurales y
absorber el calor del invernadero; polvo y arena, que pueden arañar la
superficie del invernadero; y por último, la nieve.
Plagas: Se recomienda escoger un sitio que esté lejos de otras áreas
agrícolas de producción, o como alternativa, crear una zona de amortiguamiento
entre tu operación y otras áreas de producción para prevenir la infestación de
plagas.
Tierra base y estable: Es crítico ser consciente de la estabilidad del
terreno en el que construyas tu invernadero" ”este terreno NO debe ser sujeto al
movimiento. Dicho terreno también debe ser nivelado con cierta pendiente para el
correcto drenaje de agua.
Para conseguir toda esta información sobre la ubicación en que planees de
construir tu invernadero, la experta Pat Rorabaugh, de la Universidad de
Arizona, sugiere buscar un perfil de tu comunidad, el cual puede incluir
información sobre la elevación de tu ubicación, el clima, los servicios y rutas
de transporte, y el costo de luz, agua, gas, etc., además de información sobre
mano de obra disponible, y más. Típicamente, puedes buscar esta información en
tu cámara de comercio local, o en Internet.