El empresario agrícola de la provincia de Almería es el más importante y primer eslabón de la potente cadena agroindustrial que mantiene la economía de la región. De él depende la producción y el abastecimiento de frutas y hortalizas para un mercado con más de 500 millones de consumidores que demandan productos de máxima calidad. El agricultor es consciente de que para conseguirlo, campaña tras campaña, precisa contar con un medio productivo moderno y que garantice la calidad y cantidad de productos que demanda los consumidores y el mercado.
El agricultor necesita que su empresa -su invernadero- sea competitiva y rentable. Las empresas más grandes, modernas, tecnificadas y automatizadas son las que mejor se posicionan en el mercado para afrontar el futuro y hacer frente a los envites de los competidores. Es vital para el futuro del sector hortofrutícola que los productores inviertan en modernizar sus estructuras productivas y la Administración debe apoyar, con ayudas, estas inversiones para modernizar y renovar los invernaderos de la provincia.
La nueva generación de invernaderos para el siglo XXI deben ser estructuras con una superficie mayor, más altos y automatizados. Las ventajas que ofrecen estas fincas a la hora de producir son muchas y variadas. Según manifiestan algunos agricultores, la inversión para mejorarlos supone aproximadamente un 30% más que en un invernadero tradicional y se puede amortizar en poco tiempo, porque se incrementa significativamente la productividad y la calidad de los productos cultivados bajo estas estructuras modernas. Se consigue aumentar la productividad de un invernadero tradicional que produce entre 12-15 kg/m a producir entre 25-30 kg/m.
La nuevas tecnologías aplicadas en los invernaderos permiten que el agricultor pueda controlar la luz, temperatura, la humedad y la ventilación en el interior del invernadero. Aspectos básicos que inciden directamente sobre el desarrollo, salud y vigor de las plantas. Todo los mecanismos están controlados por ordenador: la apertura y cierre automático de las ventanas cenitales y bandas que se activan automáticamente, para proteger el cultivo del viento y la humedad y mantener una temperatura constante en el interior durante el día y la noche. Cultivar en un invernadero estanco y con estas características permite controlar mejor las enfermedades y la incidencia de plagas y virus sobre las plantas. La mayor altura del invernadero hace posible más producción de kilos/metro. La instalación de canaletas en el exterior ayuda a recoger el agua de lluvia y almacenarla en un depósito para riego.
Los invernaderos más tecnificados, son más productivos y ayudan a un aprovechamiento activo de las energías renovables en un entorno de agricultura sostenible.